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El tratamiento acústico es la clave para mejorar de forma significativa la calidad del sonido de la sala al grabar, mezclar o masterizar. Puede utilizarse para absorber y dispersar las frecuencias no deseadas, de modo que se obtenga un sonido más preciso, al tiempo que se reduce la reverberación, las ondas estacionarias y el ruido, algo imprescindible en estudios, cines en casa o espacios de gaming.
El tratamiento acústico es la clave para mejorar de forma significativa la calidad del sonido de la sala al grabar, mezclar o masterizar. Puede utilizarse para absorber y dispersar las frecuencias no deseadas, de modo que se obtenga un sonido más preciso, al tiempo que se reduce la reverberación, las ondas estacionarias y el ruido, algo imprescindible en estudios, cines en casa o espacios de gaming.
En Gear4music, disponemos de una variada gama de soluciones para tratamiento acústico, que incluyen trampas de graves esquineras, paneles acústicos, pads de aislamiento para monitores, filtros antirreflexiones para voz y kits completos de tratamiento acústico para estudios domésticos.
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El tratamiento acústico es necesario para mejorar la calidad acústica de tu espacio. Existen diversas soluciones de tratamiento acústico y, dependiendo del espacio, se requerirán incluso varios tipos para conseguir una calidad acústica óptima. El tratamiento acústico es esencial en espacios donde la calidad del sonido y el control del ruido son primordiales, como los estudios de grabación o los cines en casa.
Hay dos tipos principales de soluciones de tratamiento acústico: los elementos absorbentes y los difusores. Los absorbentes impiden que las frecuencias no deseadas se reflejen hacia la posición de escucha, grabación o mezcla. Estos elementos se fabrican en materiales como la espuma para evitar que la energía sonora rebote en superficies como paredes o techos. Por su parte, los difusores dispersan las reflexiones problemáticas en distintas direcciones para reducir las ondas estacionarias. Los difusores acústicos se fabrican en materiales rígidos, como la madera, y se disponen en patrones de diferentes tamaños y alturas o en distintas direcciones. El tratamiento acústico más eficaz combinará absorbentes y difusores para obtener los mejores resultados.
En los estudios domésticos, el tratamiento acústico se emplea para controlar la respuesta en frecuencia del espacio y optimizar la experiencia auditiva. Un tratamiento acústico eficaz de la sala te permitirá tener la seguridad de que tus mezclas o masterizaciones sonarán bien en cualquier sistema en el que se reproduzcan.
Es importante distinguir entre insonorización y tratamiento acústico. La insonorización pretende minimizar el nivel de sonido que entra o sale de un espacio creando una barrera física. En cambio, el tratamiento acústico se centra en minimizar las reflexiones sonoras dentro de la sala para lograr la mejor calidad de sonido posible.
El tratamiento acústico es el proceso de mejorar las propiedades acústicas de una sala para conseguir una calidad de sonido óptima. Se centra en controlar las reflexiones sonoras para reducir los ecos y el ruido. Esto se consigue mediante el uso de diversos materiales y elementos que absorben, dispersan o reflejan las ondas sonoras.
Los dos tipos de tratamiento acústico que existen son los absorbentes y los difusores. Los absorbentes son paneles que se colocan en los puntos de reflexión para absorber las frecuencias medias y altas y reducir la reverberación. Los difusores rompen las reflexiones focalizadas mediante superficies irregulares, dispersando el sonido para evitar ecos y resonancias fuertes.
El tratamiento acústico es necesario para garantizar una representación precisa del sonido, lo que se consigue aplanando la respuesta en frecuencia de la sala. Esto te permite mezclar y masterizar música con confianza, sabiendo que se escuchará bien en otros sistemas. El tratamiento acústico minimiza las reflexiones y mejora la calidad general del sonido.